¿Qué es cierto?   ¿Qué es incorrecto?

 Las plantas verdes, durante la fotosíntesis, remueven CO2 de la atmósfera y liberan O2 , por lo tanto plantando superficies verdes y dejándolas crecer en biomasa se remueve CO2 atmosférico en cantidades tales que pueden mitigar el cambio climático

  Proponer realizar plantaciones de una sola especie, en millones de km2, con una especie ajena a los ecosistemas de grandes partes del mundo causaría extinciones y perdida de poblaciones

Fuente

Árbol Kiri, el árbol total contra el calentamiento global /Ecoinventos. septiembre 2022

La revolución del Kiri, el árbol que puede salvar al mundo 
Kiri, el árbol total contra el calentamiento global - EcoInventosImpulsan el “Cultivo del Kiri”, el árbol que frena el cambio climático  / ecoportal

Y otros...

Kiri ¿El arbol que salva?El titulo anterior proviene de este blog. El blog repite a fuentes de otras redes sociales que afirman lo mismo: el Kiri (árboles asiáticos del género Paulownia) es un árbol que puede “salvar el planeta” (ver, por ejemplo esta página). ¿Qué podemos comentar al respecto? Para empezar, es obvio que los títulos son a un tiempo vagos (salvar… ¿de que?) y ditirámbicos (salvar al… ¿planeta? ¿Como los Avengers?) Una pista de que un texto va a tener un contenido dudoso es que su título combine grandes promesas con poca especificidad. Pero veamos, los textos de los blogs están llenos de afirmaciones de este tipo: el Kiri “…consume más CO2 y produce más O2, que el resto de las especies arbóreas debido a sus grandes hojas y características metabólicas” (dudoso, y la razón es falsa). “Un árbol de Paulownia captura un promedio 21,7 kg de CO2 y devuelve 5,9 kg de O2 al día, una cifra superior a cualquier otro árbol conocido en hasta casi diez veces” (dudoso o incorrecto). O: “este árbol absorbe 10 veces más dióxido de carbono que cualquier otro árbol, y arroja mucho más oxígeno” (dudoso, parcialmente correcto). El Kiri, supuestamente “…es una especie notablemente resistente a plagas y enfermedades. Esto se debe a su bajo contenido de aceites y resinas” (la razón es falsa). Además, es ornamental, y de buena madera, de lo que se deduce que “va a salvar al mundo.”

Como lamentable y frecuentemente pasa con divulgación científica, este texto contiene una base de verdad sobre la que se construye un edificio de vaguedades, verdades a medias o falsedades. El contenido correcto es que, en efecto: (1) las plantas verdes, durante la fotosíntesis, remueven CO2 de la atmósfera y liberan O2 (al respirar, como veremos abajo, hacen lo contrario), por lo tanto (2) plantando superficies verdes y dejándolas crecer en biomasa se remueve CO2 atmosférico en cantidades tales que pueden mitigar el cambio climático (esta es la parte de “salvar al planeta”). Los errores consisten en: (1) suponer que esta especie es la única capaz de lograr este efecto, (2) ignorar los tremendos problemas de intentar crear un sumidero de carbono usando una sola especie, esto es, una plantación forestal de una sola especie en millones de km2. Brevísimamente toco estos puntos.

Primero, la idea fundamental de la frase “los árboles son pulmones” está basada en que las plantas verdes fotosintetizan. La ecuación de la fotosíntesis, en palabras, es:

6 moléculas de bióxido de carbono + 6 moléculas de agua + energía luminosa

? una molécula de glucosa + 6 de oxígeno (O2).

 Cuando crece, una planta fija CO2 atmosférico y lo convierte en azúcares, como la glucosa. Pero las plantas no solamente fotosintetizan, también respiran. Y la ecuación de la respiración es:

Una molécula de glucosa + 6 de oxígeno (O2)

? 6 moléculas de bióxido de carbono + 6 de agua + ATP (la molécula que acarrea la energía).

¡Vemos que esas dos ecuaciones son casi opuestas! Entonces, mientras una planta crece (acumula madera, si es árbol), el balance de la fotosíntesis y la respiración es favorable hacia la fijación del CO2 y la liberación de oxígeno. Pero cuando la planta deja de crecer, la producción y el consumo de CO2 están casi perfectamente balanceadas. Moraleja, los grandes árboles frondosos, si ya no crecen, ¡consumen tanto oxígeno como el que producen! ¿Bueno, pero no se podrá remover CO2 usando plantaciones forestales? Sí se puede, si se plantaran millones de km2 (Bastin et al. 2019 Science 365: 76-79, DOI: 10.1126/science.aax0848 ), pero todos los datos y cálculos indican que son preferibles los bosques naturales a las plantaciones forestales, de la especie que sea (de paso, muchas especies crecen igual de rápido que el Kiri, y no es cierto que sea la “mejor” especie para remover CO2).

Esto conduce a un segundo y serio problema de usar el Kiri como la bala de plata, semimágica, para resolver UN problema ambiental (el cambio climático): se ignoran otros problemas, y el efecto que plantar Kiri tendría en ellos. Por ejemplo, otro grave problema actual es la pérdida de la diversidad de especies y funciones como consecuencia de la simplificación de ecosistemas (deforestación y agricultura, especies invasoras). Proponer realizar plantaciones de una sola especie, en millones de km2, con una especie ajena a los ecosistemas de grandes partes del mundo es… por decirlo calmadamente, absurdo. El principal motor de la extinción y la pérdida de poblaciones y funciones ecológicas es la expansión de modelos productivos que simplifican, homogeneizan y dependen de insumos caros y contaminantes. En otras palabras, la agricultura y la silvicultura industriales. Los cálculos serios sobre las alternativas sustentables para el sector primario (Foley et al. 2011 Nature 478: 337–342 DOI: doi.org/10.1038/nature10452) siempre resultan en una canasta de estrategias y alternativas diversas. Una de las estrategias para mitigar el cambio climático es, sin duda, promover conservación de bosques naturales, reducir la deforestación, y el uso selectivo de ciertas plantaciones forestales. Pero nunca intentar un monocultivo de una especie invasora (el Kiri está clasificada como invasora en muchos países), por bonita que sean sus floras y trabajable su madera. Como de costumbre, la ciencia es más complicada que la vulgarización fácil que tanto abunda en el Internet.

 Jorge Soberón
Universidad de Kansas
Agosto 3, 2019