"The adjustment of the male overt homosexual"  in: Journal of Projective Techniques, vol. 21 (1957)

“La adaptación del varón abiertamente homosexual” es el título un viejo estudio publicado en 1957. Puede que no suene muy interesante, sin embargo fue la semilla que inició uno de los grandes cambios sociales del siglo XX. Curiosamente, casi nadie lo recuerda, y creo que vale la pena conocer algo sobre la Dra Hooker y su estudio

La Dra Evelyn Hooker.

Nació en 1907 en un pequeño pueblo de Nebraska, la sexta de una familia de nueve hijos; según recuerda, siempre vivió en medio de estigmas sociales y muy cerca de grupos marginados, entre ellos, homosexuales. Se las arregló para estudiar y logró su licenciatura y maestría en la universidad de Colorado. Después quiso cursar el doctorado en Yale, pero la universidad de Colorado se rehusó a recomendar a una mujer. Finalmente Hooker logró entrar a la Universidad Johns Hopkins, donde obtuvo su doctorado.

Posteriormente fue a trabajar a Berlín, donde presenció el inicio de la Alemania nazi, mientras vivía con una familia judía. Después de regresar a Estados Unidos se enteró de que la familia que la había alojado había muerto en los campos de concentración.

Tiempo después, una beca llevó a Hooker a pasar un tiempo en la Unión Soviética. A pesar de que nunca simpatizo con el régimen soviético, el viaje la marcó como “posible comunista”, por lo que perdió el puesto que había obtenido en el Whittier College.  Finalmente obtuvo el cargo de investigadora asociado en la División de Educación Continua de la UCLA. Tomando como referencia sus experiencias con la marginación comenzó a estudiar uno de esos grupos: los varones homosexuales.

Tiempo después solicitó una beca al Instituto Nacional de Salud Mental (NIMH, por sus siglas en inglés). El tema le pareció extraño al jefe de la sección de becas, John Eberhart, quien además advirtió a Hooker que, dado el clima del macartismo, obtener la beca la colocaría como sospechosa ante las autoridades. Sin embargo, finalmente se le dio la beca y Hooker inició su estudio.

El estudio

A través de sus investigaciones, Hooker había notado que prácticamente todos los estudios clínicos sobre varones homosexuales provenían de fuentes como manicomios, hospitales psiquiátricos, “homosexuales amanerados” en prisión y bajo tratamiento psiquiátrico o psicoanalítico,pacientes en tratamiento psiquiátrico, etc. por lo que se le ocurrió que tal vez los síntomas reportados no eran causados por la homosexualidad en sí, sino por sus situaciones especiales.

Para determinar qué síntomas sí eran debidos a la homosexualidad y no a ese tipo de situaciones, Hooker necesitaba comparar dos poblaciones similares: es decir, comparar un grupo de heterosexuales contra un grupo de homosexuales que estuvieran bien ajustados a la sociedad… Esto último ya de por sí era revolucionario: una de la razones por las que Hooker  logró esa beca fue su insistencia en que conocía ese tipo de homosexuales. De esta manera, la Dra. Hooker esperaba poder identificar los verdaderos síntomas clínicos asociados con la homosexualidad. El estudio es relativamente sencillo, pero en sus alcances fue revolucionario.

Ahora bien, todo estudio, especialmente en áreas como la psicología, puede estar sujeto a sesgos de confirmación por parte de los investigadores. Para evitarlos se ha desarrollado lo que se conoce como “protocolo doble ciego”. Para cumplir con ello, Hooker buscó dos grupos de personas homologados en cuanto a adaptación social, nivel educativo y estatus socioeconómicos. A los participantes se les asignó una identificación y se registró su orientación sexual. Los grupos fueron mezclados y se les dio una clave. A todos  se les hizo pasar por una serie de prueba psicológicas, identificándose sólo con la clave y sin que nadie supiera su orientación sexual. Posteriormente, los resultados de las pruebas fueron guardados en sobres con claves, para así dárselos a los especialistas que deberían hacer el diagnóstico. Éste sería anotado, y al final se abrirían los sobres y se compararían los resultados.

El resultado tomó a todos por sorpresa. ¡¡¡NINGUNO de los especialistas pudo determinar quién era homosexual y quién era heterosexual, más allá del puro azar!!!

Los expertos aseguraron que había algún error y repitieron la última parte de la prueba, con el mismo resultado: es decir, no pudieron detectar ningún síntoma clínico (basado en las pruebas que usaron) asociado con la homosexualidad, lo que implicaría que no se puede considerar como enfermedad.

El resultado fue tan inesperado que la Dra. Hooker dudó en publicar su artículo y pensó que debería conseguir más datos para verificar su experimento, pero al editor de la revista le pareció tan importante el resultado que la convenció de publicar, añadiendo esta sorprendente nota:

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Nota del Editor.

Es un evento poco común en estos días de publicación compulsiva el descubrir un autor que ha trabajado de manera diligente y con gran detalle, y que aun así duda en publicar sus bien fundamentados hallazgos hasta que la prueba sea virtualmente incontrovertible. Un estudio como el de la Dra. Hooker reta muchas convicciones emocionales y muy difundidas. En vista de la importancia de sus descubrimientos, a los editores les parece deseable que se hagan públicos, incluso en su forma preliminar. Si algo de lo que cautelosamente presenta la Dra. Hooker parece ser prematuro o documentado de forma incompleta, la culpa debe recaer en los editores, quienes han ejercido considerable presión para que ella publique ahora.- BRF

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En pocas palabras, el trabajo de la Dra. Hooker fue el primero en refutar empíricamente la suposición de que los varones homosexuales eran necesariamente unos enfermos e inadaptados.

Por supuesto, el artículo cayó como una bomba, pues refutaba todo lo que se asumía sobre la homosexualidad masculina. Fue criticado duramente, sin que se encontrara ninguna falla en su procedimiento. El estudio fue repetido posteriormente, con poblaciones más grandes y con pruebas psicológicas distintas. Hay que mencionar que el estudio original fue realizado con técnicas proyectivas que en la actualidad ya casi no se usan.

A ese estudio se añadieron otros estudios sobre el mismo tema, y más investigaciones en otras áreas. Gracias a su resultado se cuestionaron muchas suposiciones sobre la homosexualidad masculina, lo que provocó mucha investigación sobre el tema.

¿El resultado?

Ante la evidencia acumulada  a lo largo de los años, finalmente, en 1973, la homosexualidad fue eliminada del catálogo de enfermedades mentales de la Asociación Estadounidense de Psiquiatría (APA por sus siglas en inglés) por decisión unánime. Posteriormente se presentó ante el pleno de la asamblea anual de la APA, con considerable escándalo, pero aun así se corroboró la decisión, y ese día hubo grandes manifestaciones por parte de grupos gay , como la culminación  de  largos años de activismo para ser aceptados.

En 1975 la Asociación Estadounidense de Psiquiatría (APA por sus siglas en inglés)  apoyó esa decisión y poco a poco todas las organizaciones de psicología, psiquiatría y hasta psicoanálisis hicieron lo mismo. Incluso la OMS haría lo mismo.

Así fue como la homosexualidad dejó de ser considerada como una enfermedad... al menos, por parte de la gran mayoría de los profesionales de la salud. Actualmente son los  grupos religiosos los que se resisten a aceptarlo y han inventado la existencia de un "grupo de presión" homosexual que tiene amenazados o comprados a todos los científicos del mundo.

Aquí está la liga el artículo original; es una lectura interesante.

Hooker, E. (1957). The adjustment of the male overt homosexual. [online] Well.com. Available at: http://www.well.com/~aquarius/hooker.htm .


 Lecturas recomendadas

Drescher, J. (2015, December). Out of DSM: Depathologizing Homosexuality. Retrieved from https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC4695779/

  1. (2003, May 28). Being Gay Is Just as Healthy as Being Straight. Retrieved August 18, 2018, from http://www.apa.org/research/action/gay.aspx

Milar, K. S. (2011, February 12). The myth buster. Retrieved August 18, 2018, from http://www.apa.org/monitor/2011/02/myth-buster.aspx

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